Historia de la Tabla Periódica | Biblioteca de la Facultad de Ciencias Químicas Pincha sobre las imágenes para ampliarlas.
Comienza en la antigüedad, con los presocráticos y los elementos agua, fuego, aire y tierra, pasamos por Platón y Aristóteles quien añade a éstos el éter al que llamó quintaesencia, para llegar a la Alquimia con su gran representante Paracelso, la transmutación y la teoría azufre-mercurio.
- Se añade un nuevo elemento, la sal y se descubre el zinc.
- ROBERT BOYLE escribe “el químico escéptico” donde establece el concepto moderno de “elemento”.
- LAVOISIER convierte a la Química en ciencia y hace una primera clasificación.
- Es el precursor de la Química cuantitativa, emplea la balanza de precisión en el laboratorio por primera vez (grabado de una balanza de la época).
Exponemos facsímil donde aparecen los grabados originales de los instrumentos que utilizaba en su laboratorio. DALTON le da al átomo un sentido real dotándole de un peso que se podía calcular, queda patente en éste libro de la vitrina 1. Es el primero en estudiar el “daltonismo” que debe su nombre a él mismo.
- El “azul Thenard o azul cobalto” creado por THENARD
- Nos adentramos en el Siglo XIX, siglo de la Ciencia por excelencia, siglo en el que se van a desarrollar gran número de Tablas Periódicas que desembocarán en la actual.
- El Congreso de KARLSRUHE en 1860 fue determinante para ello, fue el Primer Congreso Internacional de Química que se celebró, y a él acudieron los científicos más prestigiosos del momento.
Fue organizado por CANNIZZARO, del que tenemos un facsímil de su libro original donde pone orden en la Química. En él se basaron los demás científicos para elaborar sus propias Tablas, entre ellos Meyer y Mendeleiev.
- A este Congreso asistió un español, TORRES MUÑOZ LUNA del que tenemos unos libros expuestos.
- Hay que hacer alusión a “otras tablas” que precedieron al Congreso.
- DÖBEREINER y sus “triadas”, CHANCOURTOIS y su “hélice telúrica”, NEWLANDS y “la ley de octavas”, HINRICHTS y su “espiral”, tenemos un ejemplo.
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Pero los verdaderos autores y precursores de la Tabla actual fueron MEYER y MENDELEIEV, Podemos observar en la vitrina 2 “la curva de volúmenes atómicos” de Meyer y en la vitrina 3 la “Tabla de Mendeleiev”. Exponemos los “Principios de Química “de Mendeleiev, su gran obra, donde aparece por primera vez su Tabla Periódica.
Fue el “libro de texto” durante mucho tiempo. RUTHERFORD descubre el “número atómico” y por ello obtiene el Nobel en 1908, es el fundador de la Física y Química Nucleares. MOSELEY, demostró la relación entre el número atómico y la carga nuclear de los elementos. Murió joven, a los 28 años en Gallípoli en 1915.
Con él la Tabla Periódica queda definitivamente formada en vertical por grupos de elementos y en horizontal por períodos de distinta longitud. (Mesa 1)
- En 1895 RÖNTGEN descubre los Rayos X.
- Llegamos al siglo XX y con él el descubrimiento de los elementos transuránidos.
- SEABORG añade a la Tabla la serie de los actínidos debajo de los lantánidos en una nueva fila. (Mesa 2)
- En el siguiente siglo se descubren cuatro elementos, los últimos hasta ahora, el nihonio, moscovio, tenesio y oganeso, dan lugar a la configuración actual de la Tabla Periódica (IUPAC 2016).
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Contents
¿Qué personajes trabajaron en la tabla periódica?
El científico ruso Dmitri Mendeléyev sufrió durante su vida dos importantes contrariedades relacionadas con la química. Le contrarió el descubrimiento del helio (He), un gas noble con masa atómica 4, que no encontraba acomodo en las ocho columnas de la tabla periódica de elementos de que Mendeléyev construyó en 1870.
El químico ruso, en base a los huecos de su tabla, había sido capaz de predecir la existencia de varios elementos que aún no habían sido descubiertos, como el escandio (Sc), el galio (Ga), el germanio (Ge) o el tecnecio (Tc), pero fue un contratiempo encontrarse con un elemento como el helio; finalmente, rindiéndose a la evidencia, que es lo que debe hacer cualquier científico sensato, colocó una nueva columna en su tabla, el Grupo 0 (hoy denominado el 18), donde alojar a los gases nobles.
Ya al final de su vida Mendeléyev tuvo otra contrariedad, cuando la Real Academia de las Ciencias de Suecia rectificó su decisión inicial de concederle el Premio Nobel de Química de 1906. La Academia cedió a las presiones de otro célebre químico, el sueco Svante August Arrhenius, enemistado con su colega por las duras críticas públicas que el ruso expresó sobre la teoría de la disociación electrolítica.
En cualquier caso, Mendeléyev, junto con Julius Lothar Meyer, que publicó su tabla un año después que el ruso, tuvieron el enorme merito de sistematizar el conocimiento de los elementos químicos, en lo que se considera uno de los logros más significativos de la ciencia, que permite a los científicos predecir la apariencia y propiedades de la materia del universo y en definitiva, establecer las piezas que componen el mundo material.
Por eso la ONU ha declarado el año 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica de Elementos Químicos (IYPT 2019), coincidiendo con el centenario de una institución de gran relevancia en la química, la IUPAC (Unión Internacional de la Química Pura y Aplicada) ( https://iupac.org/ ), que es la autoridad reconocida en el desarrollo de estándares para denominación de los compuestos químicos.
Se suele considerar que la química moderna nació en 1789 con la publicación del Tratado de Química Elemental de Antoine de Lavoisier, Desde entonces, en poco más de dos siglos, se ha producido un desarrollo espectacular de esta ciencia dedicada al estudio de la composición, estructura y propiedades de la materia, así como de los cambios que esta experimenta durante las reacciones químicas y su relación con la energía.
Las aportaciones de la química al desarrollo y bienestar de la HUMANIDAD HAN SIDO ESPECTACULARES. En agricultura, en farmacia, en medicina, en la industria y, en general, en todos los aspectos de la vida, el conocimiento aportado por la química aplicada ha sido crucial para mejorar la vida de las personas.
La ONU ha querido recordar estos aspectos, reconociendo la “necesidad de desarrollar una creciente conciencia global sobre el papel clave que juega la química en el Desarrollo Sostenible, al proporcionar importantes soluciones a desafíos globales tales como la energía, la alimentación, o la salud”. Precisamente en relación con la salud, concretamente en el campo de la higiene alimentaria, es donde desarrolla su actividad BETELGEUX-CHRISTEYNS FOOD HYGIENE, utilizando el conocimiento químico para elaborar productos dedicados a mantener en condiciones de inocuidad las instalaciones donde se elaboran alimentos y bebidas, contribuyendo así a la prevención de enfermedades alimentarias.
Además, nuestra actividad se desarrolla respetando al máximo el medio ambiente, sin emisiones ni vertidos, usando siempre productos biodegradables. Sin embargo, a menudo la sociedad tiende a olvidar que son los elementos de la tabla periódica los que forman la totalidad del mundo material, incluidos los seres vivos, que no somos sino un extraordinario laboratorio químico.
Desgraciadamente la palabra “químico” es usada con frecuencia de forma indebida para referirse a “producto químico”, e incluso se llega a considerar que todo lo relacionado con la química es nocivo o peligroso. Se olvida que no existe una dicotomía entre lo químico y lo natural, ya que la naturaleza está formada íntegramente por elementos y compuestos químicos: el trisulfuro de arsénico no es menos natural que el aroma de una rosa, aunque el primero sea extraordinariamente peligroso.
En sus 150 años de existencia, la tabla periódica de elementos químicos ha experimentado numerosas modificaciones, tanto en la forma de representarla (de las 8 columnas de Mendeléyev se pasó a 18), como por la adición de los nuevos elementos que se han ido descubriendo.
Hace apenas tres años la IUPAC confirmo que los elementos 113 (Nh, nihonio), 115 (Mc, moscovio), 117 (Ts, tenesio) y 118 (Og, oganesón) completan la séptima fila de la tabla. El desarrollo de la tabla periódica de elementos hasta su forma actual, debe mucho a Glenn T. Seaborg (1912-1999), un físico atómico y nuclear estadounidense que obtuvo el Premio Nobel de Química en1951 por sus descubrimientos en la química de los elementos transuránicos.
Seaborg descubrió y aisló diez elementos y fue el primero en proponer la serie actínida, que fijó la disposición actual de la tabla periódica. Seaborg ha sido el único científico que tuvo el honor de ver en vida como se le daba su nombre a un nuevo elemento, el número 106 de la tabla, que fue bautizado como seaborgio, con el símbolo Sg.
La tabla periódica ha honrado la memoria de buen número de científicos, dándoles su nombre a muchas figuras relevantes como Nicolás Copérnico, Albert Einstein, Niels Bohr, Ernest Rutherford, Enrico Fermi o Marie y Pierre Curie. Entre ellos no podía faltar Dmitri Mendeléyev, cuyo nombre se utilizó para el elemento de número atómico 101, el mendelevio (Md), un actínido situado justo al lado del elemento que conmemora al fundador del premio Nobel que le fue negado: el nobelio (No).
Los eventos conmemorativos del IYTT (Año Internacional de la Tabla Periódica) y del centenario de la IUPAC, van a reunir durante este año a diferentes grupos de interés, sociedades científicas, instituciones educativas y de investigación, plataformas tecnológicas y representantes del sector industrial para promover y celebrar la importancia de la Tabla Periódica de Elementos, sus aplicaciones y su contribución a la sociedad. Enrique Orihuel Doctor en Química por la Universidad Computense de Madrid con más de 30 años de experiencia en el desarrollo de productos y de soluciones para la higiene en la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica, siendo también autor de numerosos libros, artículos y ponencias.
¿Quién aporto más en la tabla periódica?
El gran aporte de Mendeleev, en marzo de 1869, es el arreglo de los elementos según su peso atómico creciente cuyas propiedades se repetían en intervalos definidos, lo que se conoce como tabla o mejor como sistema periódico, pero además de ello descubre la ley periódica.
¿Qué aportes le brindó la tabla periódica a los científicos?
La tabla periódica sigue siendo la base de la química moderna. Se ha utilizado para predecir las posibles propiedades de todo tipo de combinaciones moleculares de elementos atómicos. Asimismo, ha experimentado varios ajustes y reordenamientos desde el descubrimiento original de Mendeléiev.
¿Qué aporto a la química Newlands?
Datos biográficos – La casa donde Newlands nació y creció, en West Square, Lambeth, al sur de Londres, Newlands nació en West Square, Lambeth, al sur de Londres ( Inglaterra ), hijo de un ministro presbítero escocés y su esposa italiana, Fue educado en casa por su padre, y más tarde estudió en el Royal College of Chemistry.
- Estaba interesado en la reforma social y en 1860 sirvió como voluntario de Giuseppe Garibaldi en su campaña militar para unificar Italia.
- De regreso a Londres, Newlands se estableció como químico analítico en 1864.
- En 1868 se convirtió en jefe de químicos en la refinería de azúcar londinense de James Duncan, donde introdujo una serie de mejoras en el proceso.
Luego renunció y volvió a dedicarse a la química analítica, junto a su hermano Benjamin. Newlands fue el primero en diseñar una tabla periódica de los elementos químicos, ordenados en orden de su masa atómica relativa. Como muchos de sus coetáneos, Newlands usó primero los términos peso equivalente y peso atómico sin distinción en el significado.
¿Quién hizo la lista con 23 elementos químicos?
Algunas de las sustancias básicas naturales, que denominamos elementos, se conocen desde la más remota antigüedad. Pero sólo en el siglo pasado llegó a saberse que existen un centenar de elementos y a comprenderse en qué se asemejan o difieren entre sí.
- Guenrij Teterin y Claire Terlon Anteriormente, la obra de Copérnico y de Galileo había puesto orden en el caos de la astronomía.
- Newton había hecho lo mismo con la mecánica y Darwin y Pavlov con la biología.
- Mucho después Bohr y Einstein efectuaron aportaciones fundamentales a la física del átomo.
- En cuanto a la química, uno de sus grandes momentos fue el año de 1869, en que el investigador ruso Dmitri Ivanovich Mendeleyev formuló la ley periódica de los elementos químicos.
La formulación de la ley periódica supuso para la química el paso de una disciplina que aplicaba métodos casi medievales de tanteo a una ciencia moderna capaz de predecir elementos nunca vistos, oídos, tocados ni olidos por el hombre. La ordenación coherente de los elementos por Mendeleev coronó los esfuerzos realizados por los hombres de ciencia de muchos países para descubrir el sistema que rige las propiedades de estas sustancias básicas.
La idea de Mendeleev supuso virtualmente un salto cuántico con respecto a la sencilla tabla esbozada en el siglo XVIII por el químico francés Antoine Lavoisier, que incluía, junto a los elementos físicos, lo que él denominaba “fluidos imponderables” como la luz y la energía procedente del calor. Aunque lejos aún del enfoque rigurosamente lógico de Mendeleev, el esfuerzo de Lavoisier estableció las condiciones para que otros científicos rechazaran la teoría del flogisto.
Se trataba del antiguo concepto químico, aparecido en los comienzos de la civilización griega, de que el fuego en sus diversas formas era un componente físico o material de la naturaleza. El análisis de Lavoisier fue perfeccionado hacia 1803 por el químico inglés John Dalton, cuya teoría atómica atribuía un “peso” atómico característico a cada uno de los 23 elementos admitidos por Lavoisier.
- Descubrimientos como éste, junto con el concepto de “peso equivalente” formulado por otro inglés, William Wollaston, abrieron el camino que permitió a los químicos posteriores percibir un orden coherente entre todos los elementos que se encuentran en la naturaleza.
- Pero, hasta Mendeleev, la noción misma de lo que constituye un elemento seguía siendo vaga y estando sujeta a interpretaciones personales.
Hacia 1850, se habían identificado otros treinta elementos, lo que elevaba el total de los conocidos a algo más de sesenta. Hombres de ciencia como Johann Döbereiner, Leopold Gmelin, E. Lennsen, Max von Pettenkofer, Jean-Baptiste Dumas, Willard Glbbes y John Gladstone, por citar sólo algunos, publicaron tablas de ordenación química.
- En 1817, las “triadas” de Döbereiner constituyeron un intento de correlacionar grupos de tres elementos por la semejanza de sus pesos atómicos.
- En 1852, Gmelin transformó las triadas en series de cuatro y cinco elementos (tetradas y péntadas) clasificándolos según sus pesos atómicos, en orden ascendente.
Entre los investigadores que Dmitri Mendeleev menciona como |os que más influyeron en su labor se cuentan los científicos franceses Dumas y Lennsen. La aportación de Dumas fue un método para calcular el peso atómico de los elementos de un grupo dado, y la de Lennsen una primera tentativa de interpolar los pesos atómicos de elementos aún no descubiertos.
Durante el decenio que sigue a 1860 aparecieron nuevas formas de clasificación de los elementos. Una de ellas fue el “tornillo telúrico” de Alexandre Beguyer de Chancourtois, ordenación en espiral alrededor de un cilindro Imaginario. Sorprende al lector de hoy este curioso paralelismo con la “doble hélice” de la moderna química genética.
Según otra opinión sostenida en la misma época por el inglés John Newlands, cada ocho elementos en orden ascendente de pesos atómicos se repiten ciertas características. Esta manera de ver recibió el nombre de teoría de las octavas, por analogía con la escala diatónica de las formas musicales de Occidente.
- Probablemente la más sugestiva de las nuevas ¡deas fue la expuesta por el científico alemán Lothar Meyer.
- En 1864, Meyer publicó una tabla que recogía 44 de los 62 elementos conocidos ordenados según su “valencia” y no según su peso atómico.
- En acepción no lejana de la actual, por valencia se entendía la capacidad de combinación de un átomo de un elemento.
En el agua, o H20, la valencia del oxígeno es dos porque uno de sus átomos puede unirse con otros dos (en este caso dos átomos de hidrógeno). Y la valencia del hidrógeno constituía el punto de partida de la primera tabla de Meyer. Una tabla posterior propuesta por el mismo científico se basaba en los pesos atómicos.
Estos esfuerzos y los de otros tres científicos, William Odling, Gustavus Hinrichs y H. Baumhauer, constituían pasos en la verdadera dirección, aunque pocas personas cultivadas pensaran entonces que se trataba de algo más que de ejercicios mentales. Algunos químicos consideraban que la correlación de propiedades de los elementos agrupados en triadas, octavas o a lo largo de la espiral telúrica era fortuita y, por lo tanto, poco más que una analogía superficial.
Incluso cuando Newlands presentó una comunicación a la prestigiosa Chemical Society británica, se le preguntó, Irónicamente, si no se obtendrían los mismos resultados disponiendo los elementos en orden alfabético. ¿Qué aportó, en definitiva, la teoría de Mendeleev? En pocas palabras, éste propuso disponer los elementos en líneas y columnas (también denominados “períodos” y “grupos”) dentro de un rectángulo, con sus pesos atómicos en orden ascendente de Izquierda a derecha dentro de la misma línea hasta bajar a la segunda y así sucesivamente.
- Las columnas se determinaron en función de los elementos que poseían propiedades análogas, por ejemplo, el mismo tipo de óxido.
- El número mínimo de átomos de un elementos (R) que se combinan con el número mínimo de átomos de oxígeno (O) aparecía en la primera columna y la proporción en que se combinaban aumentaba hacia la séptima columna.
Como sólo se conocían entonces unos 60 elementos, bastaban ocho columnas, que siguen siendo suficientes. En efecto, la disposición de todo el sistema actualmente en uso fue establecida por Mendeleev cuando sólo se conocían poco más de la mitad de sus componentes.
- Mendeleev supo desde el principio que había elaborado un procedimiento científico para situar los elementos químicos en un sistema conveniente.
- Aún más, se dio cuenta de que había descubierto una ley objetiva, natural.
- Sin embargo, del mismo modo que, según opinión popular, Newton concibió la gravitación universal al caerle en la cabeza una manzana (o que Watt percibió que una cazuela podría transformarse en la máquina de vapor), aún hay quien piensa que Mendeleev llegó a la formulación de la ley periódica.
como resultado de un sueño. Suele pasarse por alto que, aunque la verdad científica irrumpe a veces en la mente humana como un relámpago, el mismo científico puede haber consagrado varios años de dura investigación a ese tema. Como dijo Pasteur algún tiempo, después, “el azar sólo favorece a la mente preparada”.
Si examinamos las actividades de Mendeleev antes de 1869, resulta claro que el descubrimiento de la tabla periódica no fue un mero accidente. Aunque la tabla de Mendeleev fue considerada por algunos científicos como una más de una serie infinita de hipótesis dudosas, uno de sus grandes méritos fue indudablemente su audacia.
Los progresos de la química durante el pasado siglo demuestran que la teoría de Mendeleev era correcta en otros dos puntos. Su autor anunció que se descubrirían nuevos elementos para llenar los vacíos del sistema por él ideado y que los pesos atómicos de algunos elementos que no se ajustaban a su tabla se habían calculado erróneamente.
- En el último caso (con respecto a los pesos atómicos de los elementos cerio, indio, titanio, uranio, itrio y otros) se demostró pronto que Mendeleev tenía razón, en cuanto nuevas investigaciones permitieron rectificar los pesos incorrectos.
- Cuando el peso de los elementos no parecía convenir (como el uranio con el peso atómico 116), el científico ruso formuló una conjetura sobre el valor verdadero.
Por ejemplo, dobló arbitrariamente el peso del uranio elevándolo a 232; hoy sabemos que el peso real de ese elemento es 238,04. En el caso, más importante, de las lagunas en la tabla periódica, Mendeleev pudo ver identificados y descritos tres nuevos elementos en los dieciseis años que siguieron a su histórica comunicación a la asamblea de los químicos rusos.
Entre los elementos por él previstos figuran los que primero se denominaron ekaaluminio, eka-boro y eka-silicío (“eka” significa “uno” en sánscrito) y que luego recibieron un nuevo nombre en honor de los países donde fueron descubiertos. El eka-aluminio, identificado científicamente en 1875 por el francés PaulEmlle Lecoq de Boisbaudran, se denominó galio (peso atómico 69,72).
El galio llenó el “hueco” de la tabla entre el aluminio y el indio. El eka-boro, que Mendeleev había predicho tendría un peso atómico comprendido entre el del calcio y el del titanio (40 y 48), fue descubierto en 1879, recibiendo el nombre de escandio en honor de Suecia, patria de su descubridor Lars Frederick Nilson.
- El peso atómico definitivo de este elemento (44,956) no se determinó hasta 1955.
- El tercer elemento, el llamado ekasilício, recibió el nombre de germanio cuando se descubrió en 1886.
- Con un peso atómico de 72,59 y propiedades análogas a las predichas por Mendeleyev, el germanio fue identificado por Clemens Alexander Winkler, profesor de química en la Escuela de Minas de Friburgo, Alemania.
Además de ser un excelente teórico, Mendeleev demostró ser un hombre práctico. Antes de morir en 1907, emprendió investigaciones químicas en los campos petrolíferos de Bakú, Rusia, y de Pensilvanla, EUA, así como en los manantiales caucasianos de nafta, una mezcla de hidrocarburos análoga a la parafina.
- Los hidrocarburos son componentes químicos formados únicamente de carbón e hidrógeno.) Mucho después de que Mendeleev muriera de pulmonía en 1907, se identificaron otros dos elementos químicos cuya existencia él predijo.
- En 1925, los esposos alemanes Walter e Ida Noddack aislaron el renio, al que Mendeleev había denominado bimanganeso.
El renio, metal -duro y gris a menudo usado en pares termoeléctricos, tiene un peso atómico de 186,20. Mas tarde, a los setenta años del descubrimiento de Mendeleev, la investigadora francesa profesora Marguerite Perey identificó el ekaceslo (llamado desde entonces francio) en el Instituto del Radio de París.
El número atómico del francio es 87. El descubrimiento de la ley periódica trajo consigo uno de los descubrimientos científicos más sensacionales de fines del siglo XIX: el del gas “Inerte” argón. Su hallazgo se debió tanto a Sir William Ramsay como a Lord Rayleigh. El primero sugirió a Rayleigh en 1894, después de una cuidadosa experimentación, que “.había sitio para elementos gaseosos al final de la primera columna de la tabla periódica”.
Los dos químicos anunciaron posteriormente el nuevo gas en una reunión celebrada en Oxford. Hoy día sabemos que el argón y demás gases similares no son inertessino que pueden combinarse con otros elementos. Si Mendeleev no previo la existencia de los gases inertes, fue simplemente por su “cualidad” predominante de inactividad.
Dos años después (1896), Ramsay en Inglaterra y el químico sueco Per Theodor Cleve, trabajando independientemente, descubrieron el helio. Durante varios años se había observado la actividad del helio (del nombre griego del sol) mediante el espectroscopio, como uno de los componentes de la atmósfera solar.
Basándose en el razonamiento de Mendeleev, Ramsay estaba convencido de la existencia de otros gases similares. En 1898, él y Morris Travers identificaron otros tres gases “inertes” néon, xenón y criptón. Esta familia de elementos constituyó la columna “0” de la tabla periódica.
En el mismo año de 1898, Pierre Curie y su esposa polaca María Sklodowska descubrieron el fenómeno de la radiactividad, que socavaba una de las bases mismas de la ley de Mendeleyev: la invariabilidad del átomo. A pesar de ello, Mendeleev no vio ninguna contradicción entre su ley y la existencia de elementos radiactivos cuando visitó el laboratorio parisiense de los Curie en 1902.
Sin embargo, diez años después y cuando ya había muerto Mendeleev, el número de elementos radiactivos ascendía ya a 37 y los científicos comenzaban a dudar de la adaptabilidad del sistema periódico, preguntándose si la ordenación de Mendeleev podía ser válida al no haber, como parecía, espacio en la tabla para los elementos recién descubiertos.
- En 1913, en vísperas del estallido de la primera guerra mundial, se impuso claramente la necesidad de introducir otra modificación en la relación entre la estructura de un elemento y su posición en el sistema periódico.
- Henry Moseley, físico Inglés de 25 años, que había analizado el espectro radiográfico de 51 elementos, observó que existía una relación entre el número atómico de un elemento y la frecuencia de los rayos X que emite al ser bombardeado con rayos catódicos.
(El número atómico de un elemento indica el número de electrones que giran alrededor del núcleo de uno de sus átomos.) Como consecuencia de la obra de este joven y brillante científico (que murió en acto de servicio en los Dardanelos en 1915), otros siete vacíos de la tabla periódica iban a recibir nuevos ocupantes.
- Aparte del renio y del francio ya citados, estos nuevos elementos eran el tecnecio, el promecio, el hafnio, el astato y el protactinio.
- El descubrimiento de estos nuevos elementos, encontrados gracias a una técnica que no pudo conocer Mendeleev, en modo alguno trastornó la disposición original de los elementos en su tabla.
Poco después del descubrimiento de Moseley, otro inglés, Frederick Soddy, introdujo la noción de “Isótopo” (del griego “igual lugar”). Todos los isótopos de un elemento poseen las mismas propiedades químicas. Las propiedades físicas son también idénticas, con la excepción del peso o “masa” del átomo.
La mayor parte de la masa está situada en el núcleo del átomo, que consta del protón provisto de una carga eléctrica positiva y del neutrón eléctricamente neutro. (La “nube” de electrones planetarios con carga positiva consta de partículas, cada una de las cuales tiene una masa de 1/1836 aproximadamente con respecto a la del protón.) El mismo año 1913, al propio tiempo, que el químico polaco Kasimir Fajans, Soddy demostró que, cuando un elemento se desintegra por radiactividad, la nueva posición que ocupa en la tabla periódica depende del tipo de radiación que emite.
La desintegración alfa (por pérdida de partículas alfa) desplaza al elemento dos lugares hacia la izquierda de la tabla, mientras que la desintegración beta, o emisión de electrones, desplaza al elemento un lugar hacia la derecha. El cierto que había algunas anomalías en el método de ordenar los elementos propuesto inicialmente por Mendeleev.
- En un corto número de casos hubo que colocar elementos que eran ligeramente más pesados que otros, delante de éstos.
- El teluro (127,6) fue ubicado antes que el yodo (126,9), el cobalto (58,9) antes que el níquel (58,7) y el torio (232,0) antes que el protactinio (231,0).
- Una vez adoptado como patrón el número atómico, se observó que si los elementos se clasificaban por sus cargas eléctricas nucleares, sus posiciones en la tabla periódica coincidían con las predichas por Mendeleyev.
Asi se construye el sistema periódico que, colgado en la pared del laboratorio, tan bien conocen hoy día los estudiantes de química.
¿Quién descubrió los 118 elementos de la tabla periódica?
El inglés Henry Cavendish (1731-1810) fue su descubridor en 1776.
¿Quién descubrió el elemento 118 de la tabla periódica?
“Para mí es un honor” – Fue en 2016 que la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC por sus siglas en inglés) anunció el nombramiento del Oganesson. No fue la primera vez que una persona viva era homenajeada con un elemento. En 1994 se nombró al elemento 106 Seaborgio, en honor del químico estadounidense Glenn T Seaborg, quien falleció cinco años después.
¿Qué significó para Oganessian ser reconocido en la tabla periódica? “Para mí es un honor”, señaló el físico en una entrevista con la revista New Scientist. “El descubrimiento del elemento 118 fue realizado conjuntamente por el Instituto de Investigaciones Nucleares en Rusia y el Laboratorio Lawrence Livermore en Estados Unidos.
Y mis colegas rusos propusieron mi nombre”, agregó. “Mis hijos y mis nietos han estado viviendo durante años en Estados Unidos. Mi hija me escribió diciendo que cuando supo del tributo no pudo dormir porque lloraba de emoción. Mis nietos, como es usual entre los jóvenes, reaccionaron con calma”.
¿Cuál fue el aporte de Lavoisier en la tabla periódica?
Lavoisier, al final del siglo XVIII, en su libro ‘Tabla de los compuestos elementales’ (1789) clasificó los treinta y tres elementos conocidos en su tiempo, en no metales, formadores de ácidos, y en metales, formadores de sales.
¿Cómo surgió la tabla periódica de los elementos químicos?
La tabla periódica está presente en las paredes de casi todos los laboratorios de química. El mérito de su creación se le otorga habitualmente a Dmitri Mendeléyev, un químico ruso que en 1869 escribió en tarjetas todos los elementos conocidos (63 hasta ese momento) y después los organizó en columnas y filas de acuerdo a sus propiedades químicas y físicas. La lista de elementos de John Dalton. Wikimedia Commons Pero la tabla periódica no empezó con Mendeléyev. Antes que él, muchos habían ensayado sus propias tablas de elementos. Décadas antes, el químico John Dalton intentó crear una tabla y algunos símbolos interesantes para identificar los elementos, pero no parecieron ser de su agrado.
- Tan solo unos años antes de que Mendeléyev se sentase con su baraja de cartas caseras, John Newlands creó también una tabla en la que clasificó los elementos según sus propiedades.
- La genialidad de Mendeléyev reside en lo que dejó fuera de su tabla.
- Supo reconocer que ciertos elementos no estaban presentes ya que aún tenían que ser descubiertos, así que donde Dalton, Newlands y otros habían expuesto lo que se sabía, él dejó espacio para lo desconocido.
Además, tuvo la capacidad de predecir, de manera aún más asombrosa, las propiedades de los elementos que faltaban. La tabla de Dmitri Mendeléyev completa (sin los elementos aún por descubrir). Wikimedia Commons Fíjese en los signos de interrogación de la tabla situada justo encima de estas líneas. Por ejemplo, al lado del elemento “Al” (aluminio) hay espacio para un metal desconocido.
- Mendeléyev predijo que el potencial descubrimiento tendría una masa atómica de 68, una densidad de seis gramos por centímetro cúbico y un punto de fusión muy bajo.
- Seis años después, Paul Émile Lecoq de Boisbaudran aisló el galio, que encajaba a la perfección en el espacio dispuesto con una masa atómica de 69,7, una densidad de 5.9g/cm³ y un punto de fusión tan bajo que se convierte en líquido en la mano,
Mendeléyev hizo lo mismo con el escandio, el germanio y el tecnecio (que no fue descubierto hasta 1937, 30 años después de la muerte del científico ruso). A primera vista, la tabla de Mendeléyev no se parece demasiado a la tabla con la que estamos familiarizados. Tabla periódica actual. Offnfopt/Wikipedia Pero si se gira la tabla de Mendeléyev 90 grados, la similitud con la versión moderna es evidente. Por ejemplo, los halógenos flúor (F), cloro (Cl), bromo (Br) y yodo (I, representado en la tabla de Mendeléyev con la letra J) aparecen juntos.